Acabo de hacer un test que dice que domino a la perfección en lenguaje Venus-Marte; 10 respuestas correctas. Imposible. Con lo buena que soy en la teoría hay que ver qué manera de jo...robarla en la práctica.
Dice Mr. Gray que el mayor temor de un hombre es descubrir que es incompetente y no está a la altura de las circunstancias; que su mentalidad dice -quiero ganar aunque eso implique que alguien vaya a perder.- ; que si al preguntarle ¿qué te pasa? te responde nada. - lo mejor es dejarle tranquilo; y, finalmente, que para reforzar a un hombre hay que dejarle ser él mismo y no tratar de cambiarle...¡¿me estaré convirtiendo en un hombre?!, ¡¡¡a ver si va a ser por eso que hablo Marciano!!!, claro que lo mismo es que puedo hablarlo pero no puedo comprenderlo, porque a mí esto de los hombres y la nebulosa que les pasa por la cabeza se escapa a mis sentidos. A los seis. Incluso al sentido común.
(...)
Vale, me he tomado diez minutos para reflexionar, media tableta de chocolate y la tensión y he llegado a la conclusión (y no sólo porque tengo dos piezas para el traje de baño, la tapa de servicio estaba bajada y había tres pelos en el lavabo) de que sí: soy una tía. Del todo.
He llamado a una amiga especialista en estas cosas y me lo ha confirmado. Se basa en hechos reales y en una charla de la semana pasada.
Digamos que ha tenido un bache tamaño cráter con un marciano y está a mitad de camino haciéndolo de manera muy inteligente. Conoce a un marciano macizorro y decide que le apetece una mora verde a ver si es verdad lo del dicho y las manchas, y le acepta una cita. Se van de cena y luego luego pues llevan un mes que se ven un día sí y otro también; pero, no, no es el hombre de su vida. Es un churri flotador de los que (perdón por la falta de tacto) NUNCA van a tener una diosa.
¿Por qué? Porque le falta un ingrediente esencial para conquistar. Ese es el secreto. Un marciano puede estar con una nena y ser su churri oficial y no dejará de ser un salvavidas salvo que aprenda a conquistar. ¿Cómo?
Bien, lo vamos a dejar en una premisa básica: el T.A.C. Es como un fondo de armario en las tácticas para ligarse a una chavala, todo lo demás es accesorio.
T.A.C.: Total Ausencia de Cotidianeidad.
En Venus sabemos que los problemillas cotidianos existen pero No-Queremos-Verlos-Todavía.
Ese es el truco, marcianos, y si yo fuera un tío probablemente lo desconocería porque es uno de esos detalles perversos de las tías para hacer las cosas sencillas muy complicadas, especialidad de Venus desde aquel asunto de la manzana.
Esos detalles le quitan la magia al tema y si le quitas la magia a la única época que tiene magia y misterio de verdad, ¡¿qué nos queda?!.
Es distinto si se trata de alguien a quien ya conoces de antes, un amiguete de toda la vida, un compañero de clase, o algo similar, en esos caso la magia es añeja, lleva tiempo posándose lentamente por todas partes.
Pero con un desconocido... desde luego que te cuentas los acontecimientos más relevantes o los más recientes, o algo de tu vida, entre otras cosas porque hay que hablar de algo durante la cena. En Venus nos gusta saber con quién nos vamos a enrollar, y nos encanta una buena charla y si es personal pues genial también pero, de ahí a que te larguen un resumen de las últimas conversaciones con el abogado de tu ex-esposa o lo que le has dicho a la del banco para que te dé el crédito, recién servido el aperitivo...pues, lo siento nenes, pero no es tema de conversación para una conquista.
Eso viene luego, con la hipoteca y las Navidades con los padres de quién, si es que habéis sabido guardar vuestra cotidianeidad lo suficiente, mostrar magia lo bastante y agitar graciosamente la varita...mágica para que haya otra cita, y otra, y otra ...
(P.S: Después de este gran consejo, Marte, me debes una.)